Hace más de tres décadas, los investigadores comenzaron a estudiar si los bebés alimentados con fórmula en lugar de leche materna tenían mayor riesgo de desarrollar enterocolitis necrotizante que los bebés alimentados únicamente con leche materna.
Se hicieron comparaciones entre bebés prematuros alimentados con una mezcla de leche materna y fórmula y bebés alimentados únicamente con leche materna. Se descubrió que los bebés que recibieron la mezcla de leche materna y fórmula tenían tres veces más probabilidades de desarrollar ECN que los bebés que solo recibieron leche materna. Además, el riesgo aumentó aún más en el caso de los bebés alimentados únicamente con fórmula y sin leche materna.
Este crecimiento excesivo de bacterias puede provocar una infección, que puede provocar perforaciones intestinales, concretamente en el intestino delgado. Esto a menudo contribuye a la desnutrición porque el bebé no puede absorber los nutrientes del intestino delgado al torrente sanguíneo. La infección sistémica combinada con la falta de nutrición son dos de las principales complicaciones asociadas con la ECN.